2024 fue un año de luces y sombras para el sector de la automoción en España. Nos dejó avances, pero muy insuficientes si queremos estar en la primera línea de la transformación industrial y en línea con los objetivos medioambientales que Europa se ha autoimpuesto.
En términos de mercado, España volvió a superar el millón de turismos vendidos que no se lograba desde antes de la pandemia, a la vez que las matriculaciones de vehículos electrificados volvieron a crecer. A pesar de esto, la cuota de eléctricos puros e híbridos enchufables continuó muy por debajo de la media europea (11,4%, frente al 21% de la UE).
De forma paralela, condicionado por la demanda de unos mercados europeos a la baja, la producción nacional experimentó su primer retroceso desde la pandemia, una llamada de atención en este proceso de transformación y un contexto global cada vez más cambiante y exigente.
Este último aspecto ha marcado el ritmo de todo el sector este último año y medio. Las tensiones comerciales, los aranceles cruzados, ya sea con China o con EEUU, y la irrupción de fuertes competidores han cambiado por completo el tablero de juego internacional del sector.
A pesar de estos contratiempos, España continúa teniendo potencial para consolidarse como un hub europeo de electromovilidad. Pero, esto solo será posible si pisa el acelerador. Ya contamos con la oferta: más de 380 modelos electrificados, una industria innovadora y una red de carga pública que ya supera los 40.000 puntos. Ahora, lo que necesitamos es estimular la demanda y mantener y reforzar nuestra competitividad.
2025 ha tenido un buen arranque para la electrificación, aumentando hasta el 16% de cuota de mercado. Pero no podemos relajarnos y seguir apretando el pedal del acelerador. Y para ello, en ANFAC proponemos actuar desde varios frentes distintos.
En primer lugar, establecer y consolidar un sistema de ayudas eficientes, directas, ágiles y que se mantengan en el tiempo, para así eliminar la incertidumbre del comprador. Es cierto que se está haciendo un gran esfuerzo con el MOVES…pero todos sabemos que su esquema es pesado y muy mejorable. Y no podemos olvidar que la descarbonización es para todos los vehículos, y los industriales no cuentan con ninguna ayuda desde abril de 2024. Solo en 2024, el 1,2% de las ventas de pesados fueron electrificados. Está claro que no es el ritmo exigido.
En segundo lugar, debemos utilizar instrumentos fiscales. Pero no para penalizar, sino para incentivar la transición. La fiscalidad es una herramienta más directa, barata e inmediata, y nos ahorra inundar al sector, CCAA e IDAE con montañas de papeles, solicitudes, respuestas, etc., Usemos las herramientas fiscales para acelerar, porque solo si aceleramos generaremos el círculo virtuoso crecimiento-generación de riqueza-generación de ingresos públicos que necesitamos. Si ahora no vemos la oportunidad de incentivar el crecimiento, quizá en el futuro nos gastemos mucho más…pero para transferencias corrientes que sostengan colectivos en paro.
Por último, a pesar del crecimiento en el número de puntos de carga, urge acelerar y planificar infraestructura en torno al vehículo eléctrico: más cargadores, especialmente de alta potencia (más de 150kW), con funcionamiento garantizado y visible en la red viaria. A pesar de que ya llevamos tres años con la normativa de señalización de estos puntos, seguimos sin ver indicadores de este tipo en nuestras carreteras.
Y todo esto debe agruparse en un propósito, mantener y potenciar nuestra industria, y una herramienta: una Hoja de Ruta común para el sector, de corto y medio plazo. Por eso ANFAC ha impulsado su propuesta de crear un proyecto país, el Plan España Auto 2030-2035, y contamos con el apoyo del ecosistema del sector. Un proyecto a nivel país que busca sincronizar descarbonización con reindustrialización, innovación y empleo de calidad. Pero hasta que esa visión se materialice, debemos actuar a la mayor brevedad posible. Necesitamos medidas eficaces, una mayor coordinación y un marco estable que dé certidumbre al mercado. El sector está preparado. Ahora, toca actuar.
Artículo de opinión de José López-Tafall, director general de ANFAC, para el Balance del año 2024 de AutoRevista, sobre el que fue un año "de luces y sombras para el sector de la automoción en España". Un año que, a su juicio, "nos dejó avances, pero muy insuficientes si queremos estar en la primera línea de la transformación industrial y en línea con los objetivos medioambientales que Europa se ha autoimpuesto".
La automatización, la conectividad, la electrificación, la seguridad vial y la digitalización son algunas de las tendencias tecnológicas que están marcando y marcarán la evolución del sector de la automoción en los próximos años. Y es que, tal y como recientemente explicó la Asociación Española de Proveedores de Automoción en su blog, el sector de la automoción ha estado inmerso históricamente en una constante evolución y esta década no iba a ser una excepción. Una información de Irene Díaz.
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La industria metalúrgica y siderúrgica mundial está inmersa en una época de gran inestabilidad debido a varios factores que afectan de manera directa al crecimiento del sector como son los nuevos aranceles, la transición hacia una energía limpia y el exceso de producción por la sobreoferta.