Las turberas se consideran unos eficaces depósitos de carbono a largo plazo, pues al almacenar enormes cantidades de este elemento en capas de turba, contribuyen a reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera. El estudio de viabilidad “CO2-regio”, financiado por la Fundación para el Medioambiente de Audi, analiza cómo llevar a cabo la transición de un uso de la tierra basado en el drenaje a otro sostenible que preserve la turba. El estudio examina cómo conciliar las medidas de humidificación en el Donaumoos con las necesidades de los agricultores locales.
El Old Bavarian Donaumoos, el mayor pantano de Baviera, se va a someter a un proceso parcial de re-humidificación, lo que supondrá una importante contribución a la huella de carbono del Estado alemán. Científicos de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Weihenstephan-Triesdorf (HSWT) han dedicado dos años a investigar la capacidad de compensación de gases de efecto invernadero de los pantanos, bosques y humus de la región situada entre Ingolstadt y Augsburgo, y a idear medidas para un uso alternativo del suelo. En mayo, la oficina climática CO2-regio empezará a ejecutar los primeros proyectos de protección de turberas con certificación climática.
El estudio, financiado por la Fundación para el Medioambiente de Audi, el programa de subvenciones Leader de la UE y otras entidades, aporta ideas sobre cómo las explotaciones agrarias regionales pueden utilizar sus tierras de forma alternativa y recibir una compensación por ello. Una forma de hacerlo es mediante la emisión de certificados climáticos, cuyo valor depende de las medidas de conservación aplicadas. “Nuestro objetivo es crear un ciclo de valor de las medidas de protección del clima, los certificados de gases de efecto invernadero y quienes quieren contribuir a la protección climática”, declara Jonas Galdirs, Director de Proyectos de CO2regio. El objetivo es facilitar a las explotaciones el cambio a una gestión de los humedales que preserve el valor del suelo.
Para ello, los científicos del HSWT han estudiado medidas como la formación de humus, la reforestación, la agrosilvicultura (árboles y sistemas agrícolas o ganaderos integrados en la misma tierra), la producción de carbón vegetal y la protección de turberas, y las han evaluado en función de su viabilidad financiera mediante certificados de gases de efecto invernadero. “Hay una gran dispersión entre las medidas individuales: mientras que la formación de humus hace posible hasta dos toneladas de equivalentes de carbono por hectárea y año, la reforestación alcanza una cifra de entre 5 y 19 toneladas”, afirma el ecólogo responsable del estudio, Matthias Drösler. “Con cantidades de entre 10 y 50 toneladas, la protección de las turberas ofrece claramente la mayor ventaja”.
Otro resultado importante del estudio es una visión de conjunto que muestra dónde tiene sentido desde el punto de vista ecológico y económico cada tipo de uso del suelo en el contexto de la rehumidificación. Una vez rehumedecida una zona, ya no es posible llevar a cabo la agricultura convencional que se hacía en el pasado. Pero hay alternativas: por ejemplo, bajo ciertas condiciones, instalar sistemas fotovoltaicos, implantar agricultura húmeda y ganadería o la paludicultura.
Carbón vegetal para mitigar el cambio climático: almacenamiento de carbono a largo plazo Entre otros usos, la biomasa que crece en la zona estudiada puede emplearse para producir carbón vegetal. “La pirólisis invierte el método de funcionamiento de las centrales eléctricas de carbón”, explica Jonas Galdirs. “En lugar de quemar carbón, que lleva millones de años almacenándose en la tierra, estamos carbonizando plantas para convertirlas en depósitos de gases de efecto invernadero a largo plazo”. Incorporado a los materiales de construcción, el carbón vegetal actúa como sumidero permanente de carbono o sirve de sustrato para los árboles urbanos. Según el estudio, una planta de pirólisis en el Donaumoos puede amortizarse en unos cinco o diez años, además de generar certificados climáticos.
Santana Motors S.L., Zhengzhou Nissan Automobile Co., Ltd. (ZZ Nissan) y Anhui Coronet Tech Co. han establecido una alianza estratégica para la producción de vehículos todoterreno innovadores en la histórica planta de Santana Factory en Linares (España).
Un total de 65.514 profesionales procedentes de 80 países y 710 empresas expositoras se dieron cita en esta feria líder del sector de la posventa de automoción en el sur de Europa, que ocupó 100.000 m² distribuidos en seis pabellones.
DS Smith Tecnicarton, una empresa de International Paper, ha anunciado el traslado de su planta de producción ubicada en Riba-roja de Turia a una nueva sede en Almussafes.Ambas localidades se encuentran en la provincia de Valencia.
JLR está reduciendo los residuos en todas sus operaciones industriales en el Reino Unido y Europa mediante una campaña de reutilización, reacondicionamiento, reconversión y reciclaje que supone un valor de 100 millones de libras.
James Thorpe, Global Product Manager for Hole Making and Composite Machining en Sandvik Coromant, explica cómo una nueva herramienta de taladrado puede mejorar los objetivos de producción de fabricación para aplicaciones multimaterial.