AMDPress.- La aseguradora de crédito española Coface Ibérica celebró recientemente un desayuno sectorial en colaboración con la Asociación Española de Fabricantes de Equipos y Componentes para la Automoción (Sernauto) sobre “El sector español de automoción desde el punto de vista de riesgo de impago”, en el que se evaluó la situación del sector tanto en España, como en los principales países destino de las exportaciones españolas, así como las estimaciones de producción del sector a escala mundial.
En abril de 2005, Coface degradó la calificación sectorial del sector de automoción de A a B, debido a la situación de incertidumbre producida por el aumento de situaciones de insolvencia de grandes empresas del sector, puesto que, a pesar de que la siniestralidad en los últimos diez años siempre ha estado por debajo de la media mundial, en 2004 aumentó por las pérdidas que están sufriendo las grandes empresas.
El sector de proveedores de componentes de automoción en España, que representa un 3,8% del PIB dentro de un ámbito con una tasa de exportación alta, del 50% del total de la producción, fue analizado por Coface desde el punto de vista de la situación actual de incertidumbre existente debido a la marcha irregular del mercado europeo, con una caída en las ventas del 0,5% en nueve meses y una previsión de un descenso de la producción de automóviles en 300.000 unidades.
Esta situación está llevando a la industria de componentes, bajo la presión de los precios de los fabricantes y los altos costes de las materias primas, a la formulación de distintos expedientes de regulación de empleo en un mercado donde los principales compradores son Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, y los competidores Europa del Este y China.
Dentro de la calificación por países de Coface, España es calificada con un A1, junto a Francia y Reino Unido, mercados que experimentan un crecimiento sostenido, tras años de estancamiento en el caso francés y con un futuro difícil ante el encarecimiento de las materias primas y la fuerte competencia, así como con un descenso en las matriculaciones y la producción en el caso británico, que lleva a deslocalizaciones y márgenes estrechos como características principales de la industria de componentes.
Por otro lado, Alemania, Italia y la República Checa son calificadas con un A2. La industria germana puede sufrir por el estancamiento en la demanda, el encarecimiento de la energía y las materias primas, la falta de flexibilidad en las condiciones de empleo y la fuerte competencia asiática; mientras que en Italia el crecimiento ha sido muy pequeño, tras intentos de diversificar y deslocalizar la producción. El ejemplo checo tiene una lectura diferente, a pesar de su misma calificación, en cuanto al dinamismo de su economía en el ejercicio 2005 y su misma previsión para 2006, perfilándose junto a Eslovaquia como futuros líderes del sector de automoción europeo.
Una calificación de A3 tienen Polonia y China. La primera, gran exportadora de componentes (el 93% de su producción), ha ralentizado su crecimiento, mientras que en China, a pesar de conformar el tercer mercado mundial de la automoción, no poseen una estructura adecuada con insuficiente capacidad de I+D, mucha producción a pequeña escala, competencia desleal en los componentes y repuestos, gran nivel de endeudamiento y bajo de estandarización y comercialización de productos, así como un fuerte proteccionismo histórico.
Por último, los países de Europa Central, de larga tradición industrial y estratégica posición, han mejorado su comportamiento de pagos, manteniendo un sólido crecimiento dentro de un tejido empresarial frágil, pero con una alta cualificación laboral y bajos costes.
En cuanto a las estimaciones de producción a nivel mundial, en España se prevé una caída del 7,67% en la producción de 2005 respecto a la facturación de 29.000 millones de euros que supuso 2004, pero con una suavización en el declive hasta el -2% en 2006. En relación al resto del mundo, el vaticinio es que la zona Asia-Pacífico, y en especial China, sea el principal motor del crecimiento, seguido por América del Norte, donde se ha producido una fuerte entrada de inversionistas europeos y de Japón —ocupando el 30% del mercado—, junto a Europa del Este y Europa Occidental, con un ligero incremento hasta 2010, y Sudamérica, sobre todo Brasil.
Por último, tras tratarse puntos como el riesgo de crédito, la internacionalización y la visión global del credit management, se concluyó, entre otros aspectos, que la tendencia es al mantenimiento e incluso disminución del precio de los vehículos, en un sector donde la sobrecapacidad de producción intentará solucionarse con la eliminación de plantas obsoletas y la construcción, a través de nuevas inversiones, de otras más modernas, especialmente en Europa del Este y China.
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