Se necesita con urgencia el apoyo de la UE para la transición de la movilidad

A medida que este año desafiante llega a su fin, es un buen momento para hacer un balance de dónde estamos y qué viene después. Solo quedan unos pocos pasos formales para que la UE finalice la decisión sobre el camino hacia la neutralidad climática para automóviles y camiones. Con un objetivo del 100 % en 2035, la electrificación del tren motriz es el principal camino a seguir, ya sea con una batería o una celda de combustible para impulsar los vehículos.

Este es un desafío tanto para la industria como para los formuladores de políticas. Para que la electrificación despegue como se espera, se deben establecer condiciones marco para la recarga, el reabastecimiento de combustible, la producción de hidrógeno y la electricidad verde. Para la flota existente, solo con combustibles neutros en CO2 podemos desfosilizar el parque de automóviles. El debate sobre los archivos de políticas relacionados debe finalizar lo antes posible. Esto es aún más urgente para los camiones. Se espera una propuesta de estándares de CO2 a principios del próximo año.

La diversidad de casos de uso de vehículos comerciales requiere una amplia gama de soluciones limpias. Desde electrificación e híbridos hasta hidrógeno en celdas de combustible y motores, hasta eTrailers, se necesitan opciones para satisfacer necesidades específicas, al tiempo que se reducen las emisiones y se mantienen asequibles. El costo total de propiedad es el criterio decisivo para que las nuevas tecnologías tengan éxito. Ambos reglamentos sobre estándares de CO2 deben estar en sintonía con otros expedientes, en particular el Euro 7, que se discutirá en los próximos meses.

La industria de proveedores está entregando la tecnología para la transición a una movilidad climáticamente neutral. Pero la industria necesita apoyo, al igual que todo el ecosistema. Como se muestra en nuestra encuesta Pulse Check de otoño de 2022 y Data Digest de noviembre , nuestra industria actualmente está invirtiendo fuertemente en el desarrollo completo de la movilidad sostenible, a pesar de la inflación actual y el aumento de los costos que en muchos casos están reduciendo los márgenes de rentabilidad.

Pude plantear estas inquietudes en una mesa redonda reciente organizada por la DG GROW sobre la 'Ruta de transición para el ecosistema de la movilidad'. Es bueno ver que la Comisión toma la iniciativa de debatir estos desafíos con la industria, pero se necesita un apoyo político concreto, en particular con respecto a la financiación de una transición justa para el sector del automóvil.

Hoy, el presidente de CLEPA, Thorsten Muschal , por invitación del comisionado Breton, discutirá los posibles cuellos de botella y los indicadores clave de desempeño para que la transición a la movilidad climáticamente neutral sea un éxito. El rápido despliegue de infraestructura para la electricidad y el hidrógeno es un criterio clave, pero el impacto en la industria y el empleo, la capacidad de transformar e innovar y la asequibilidad de la movilidad también deben desempeñar un papel central.

UE en competencia global

El esfuerzo de los proveedores es fundamental en el éxito de la transición a la movilidad. Se necesitan inversiones en innovación para mitigar el impacto de una cadena de suministro sostenible en los precios al consumidor.Por eso creemos que la Taxonomía de Finanzas Sostenibles de la UE debería reconocer el papel que juegan los proveedores de automoción. En el acto delegado actual, la producción de componentes EV no es elegible como inversión sostenible, como es el caso del ensamblaje de vehículos. Las actividades clave de I+D y fabricación de tecnologías relacionadas con los vehículos eléctricos pueden tener más dificultades para ser reconocidas como inversiones sostenibles, cuando se trata de actividades relacionadas con el ensamblaje de los vehículos. Esto podría reducir la financiación necesaria para la innovación crítica y pone en riesgo el éxito de la transición. CLEPA lanzará una campaña #FairTaxonomy para crear conciencia pública sobre el tema.Además, las medidas específicas para mantener la competitividad industrial europea son cruciales. El aumento de la competencia y la dependencia del abastecimiento de China han estado en el radar de los estrategas industriales durante un tiempo. Más recientemente, las preocupaciones sobre la competencia leal de los EE. UU. han ganado terreno en nuestra industria.

La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) introduce subsidios significativos para la producción de baterías en los EE. UU. e introduce subsidios al consumidor para vehículos eléctricos producidos en América del Norte. La UE ha visto fuertes inversiones en el desarrollo de una cadena de suministro de baterías en los últimos años, pero varias empresas han indicado recientemente un cambio en los proyectos de inversión de Europa a los EE. UU. Los altos costos de la energía en la UE y los esquemas de subsidios más generosos en otros países presentan un riesgo significativo para la competitividad de la industria de la UE.

Debe evitarse una carrera de descensos. Goldman Sachs calculó en 160.000 millones de euros la inversión necesaria entre EE. UU. y Europa para reducir la singular dependencia de los materiales y celdas de las baterías chinas para 2030, lo que destaca la necesidad de colaboración. CLEPA aprecia los importantes esfuerzos de la Comisión Europea para alinear mejor las políticas industriales verdes de ambos lados en este sentido.

Para asegurar y diversificar el suministro de materias primas críticas, la Comisión Europea está trabajando actualmente en la propuesta de Ley de Materias Primas Críticas que se espera para enero. Mientras tanto, la Ley de chips de la UE aprobó un hito legislativo importante. Los Estados miembros acordaron su posición sobre la propuesta de la Comisión, acercando la adopción del reglamento el próximo año y allanando el camino para miles de millones de apoyo público para proyectos en el ecosistema de semiconductores de la UE. Este es un paso adelante hacia una política industrial de la UE más integral, y el ecosistema automotriz debe ser parte de la estrategia dado su papel como uno de los sectores industriales clave de Europa. La transición verde solo tendrá éxito si se sientan unos cimientos sólidos para mantener la competitividad europea el próximo año y más allá.