Porsche está trabajando para lograr un balance neutral de CO2 en toda la cadena de valor en 2030. Dentro de este objetivo global tiene un peso importante la estrategia de electrificación, donde entran en juego los modelos 100 % eléctricos e híbridos enchufables que ya hay en la gama, y también los que están por venir durante los próximos años, que se basarán muchos de ellos en la nueva Plataforma Eléctrica Premium (PPE).
Pero en este proceso de descarbonización cobra especial relevancia, también, la reducción de emisiones de CO2 en los centros de producción. Y en este campo, Porsche ya lleva tiempo haciendo los deberes en sus fábricas principales. En este momento, tanto Leipizig como Stuttgart-Zuffenhausen son ya neutrales en emisiones de CO2 en su funcionamiento. El siguiente paso será convertirse en “fábricas de impacto cero” que no dejen huella ecológica alguna.
Para conseguirlo, se han creado los llamados puntos de impacto ambiental, que permiten ir midiendo los objetivos durante el proceso. La ambición de Porsche es reducir esos puntos en un 95% de aquí a 2030 en sus dos plantas principales. Y para hacer realidad esa visión se han definido campos de actividad específicos que incluyen la eficiencia de recursos, materiales y energía, así como el uso eficiente del agua. Áreas como la tecnología, los procesos de producción y la logística, también hacen su aporte.
Porsche ya ha marcado los primeros hitos en su camino hacia la “fábrica de impacto cero”. La producción del Taycan, su primer deportivo 100 % eléctrico, que se ensambla en la planta de Zuffenhausen, en Stuttgart, ha sido neutra en su emisión de CO2 desde su puesta en marcha en 2019. Desde 2020, esta condición se ha extendido al resto de coches que nacen en la sede central de la compañía, que son el 911 y los 718 Cayman y 718 Boxster. A principios de 2021, la factoría de Leipzig, donde se construyen el Macan y el Panamera, y el Centro de Desarrollo de Weissach, han seguido el ejemplo.
Para conseguir una producción lo más limpia posible. Entre ellas, destacan las siguientes:
Más allá de las medidas específicas que se aplican en las fábricas, también existen otras que son muy relevantes y que tienen un impacto directo en la producción de Porsche, desde sus fases iniciales y hasta la entrega final de los vehículos. En este sentido cabe citar que Porsche está asumiendo la responsabilidad de una cadena de suministro sostenible y transparente. En julio de 2021, hizo un llamamiento a sus aproximadamente 1.300 proveedores directos para que, en los nuevos proyectos de fabricación de componentes para la marca, utilicen únicamente energías renovables.
Esto se aplica a todos los contratos que se adjudiquen para el suministro de material de producción destinado a nuevos vehículos. Los proveedores que no estén dispuestos a cambiar a energía verde certificada ya no serán considerados de cara a contratos a largo plazo con Porsche. En materia de baterías, concretamente, la huella de carbono mejorará considerablemente. De aquí a una década, la batería se reciclará en un 90 % y tendrá menos sustancias contaminantes.
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