IMP: El Seat Toledo ya se fabrica en Martorell

La factoría de Seat en Martorell (Barcelona) acaba de iniciar la fabricación del Toledo, vehículo cuya producción se llevaba a cabo en la planta que el Grupo Volkswagen posee en Bruselas (Bélgica). Con esta operación, la planta española pasa a fabricar todos los modelos de la firma Seat (Arosa, Córdoba, Ibiza, Inca, León y Toledo), excepto el Alhambra, que se produce en Portugal.

Durante el presente ejercicio, la compañía germana estima que salgan de las líneas catalanas un total de 16.000 unidades del Toledo, que se fabricaba en exclusiva en el centro industrial belga, ya que la factoría de Martorell incrementará progresivamente su producción hasta absorber la fabricación total de dicho modelo.

La llegada del Toledo a Martorell el pasado 15 de junio responde a la estrategia definida por el presidente de la filial española, Bernd Pischetsrieder, el pasado año de agrupar la producción de todos los vehículos con sello Seat en las instalaciones catalanas. En este sentido, “para la fábrica de Martorell, la incorporación del Toledo es como el regreso del hijo pródigo, tras permanecer tres años fuera de casa”, explica Francisco de Pablo, director de Fabricación del centro”.

Por otro lado, Pischetsrieder ha desestimado definitivamente la posibilidad de que se produzca un monovolumen de tamaño pequeño, basado en el Ibiza, en la factoría española, tal y como anunció en su día el que fuera presidente de Seat, Pierre-Alain De Smedt. Al parecer, el proyecto estaba bastante avanzado en lo que se refiere al diseño y desarrollo industrial de sus componentes, por lo que su cancelación no ha gustado a los proveedores de Martorell, que al igual que los responsables de la marca española, estaban trabajando en el nuevo automóvil desde hacía meses. Se trata de una decisión con la que Seat pretende retomar un lugar destacado dentro del Grupo Volkswagen y aumentar su rentabilidad

La anulación del proyecto coincide con la paralización y revisión del programa establecido para sustituir a los actuales Toledo y León, ya que Pischetsrieder considera que el nuevo vehículo debe ser de dimensiones mayores, más caro y más rentable.