El año 2025 no ha empezado precisamente con buen pie para los proveedores de automoción europeos, a menos que se cuente un optimismo que se evapora rápidamente. La última encuesta de CLEPA muestra las pérdidas de empleo más graves desde la pandemia de COVID-19, y la confianza empresarial ha alcanzado un mínimo histórico en 2025. Casi el 60% de los proveedores informan de las repercusiones negativas de la inestabilidad geopolítica, y un alarmante 42% no ve ningún camino hacia la rentabilidad este año. Es el tipo de previsión que debería hacer reflexionar a los responsables políticos, aunque la creciente guerra comercial procedente de EE.UU. puede limitar el tiempo de reflexión. Este es el comienzo del editorial del secretario general de CLEPA, Benjamin Krieger, que aquí reproducimos.
Europa necesita más que nunca una base industrial sólida y competitiva. Las peticiones de autonomía estratégica, las demandas en el sector de la defensa y el deseo de cadenas de suministro más localizadas son cada vez más fuertes. Pero si la realidad económica sobre el terreno sigue empeorando, es posible que los proveedores no sólo recorten sus operaciones, sino que se vean empujados al límite. Y no se trata sólo de un problema económico. Es un problema estratégico.
Perder proveedores clave cuesta puestos de trabajo, compromete la capacidad de innovación de Europa, debilita su resistencia y aumenta la dependencia de agentes extracomunitarios. Los proveedores de la industria del automóvil poseen tecnologías cruciales para la competitividad europea, pero sus conocimientos también pueden utilizarse en otras industrias. En un momento en que la Comisión Europea está lanzando iniciativas como el programa «ReArm» para renovar la política de seguridad de la UE, dejar que las capacidades industriales de alta tecnología se nos escapen de las manos parece un poco como intentar construir una fortaleza segura mientras se reparten los planos.
El Plan de Acción Industrial de la Comisión para el Sector del Automóvil ha llegado en el momento oportuno. Las conclusiones del Consejo del 20 de marzo subrayan la urgente necesidad de avanzar por una vía tecnológicamente neutra, que fomente la innovación en lugar de imponerla. CLEPA apoya esta dirección, pero seamos francos: los plazos de las políticas deben ajustarse mejor a los plazos de la industria.
Necesitamos una claridad duradera de que la neutralidad tecnológica no es sólo una frase del mes, sino un principio que guiará las decisiones de inversión mucho más allá de 2035. La movilidad limpia incluye algo más que la electrificación, y Europa no debe ponerse en desventaja apostando por un solo caballo en una carrera mundial.
Lo que Europa necesita es una estrategia industrial inteligente, que proteja la creación de valor en casa sin cerrar las puertas a la cooperación mundial. Esto incluye un apoyo específico a la innovación, medidas para estimular la demanda y herramientas de defensa comercial cuando sea necesario. Con más de 3.000 proveedores de automoción en Europa, muchos de ellos PYME, la flexibilidad no es un lujo. Es una cuestión de supervivencia.
Todos estamos de acuerdo en la dirección: una movilidad más inteligente, segura y sostenible. Pero no pretendamos impulsar esta transformación con una rueda pinchada. Sin modelos de negocio viables y políticas que mantengan la capacidad industrial en Europa, corremos el riesgo de cambiar la prosperidad a largo plazo por el aplauso a corto plazo.
Por ejemplo, cualquier represalia contra los aranceles estadounidenses no debe afectar a las importaciones de piezas de automóvil difíciles de sustituir localmente, como ciertos materiales semiconductores. En general, las medidas señaladas no deben eliminar las opciones de alcanzar nuevos acuerdos con nuestros socios comerciales. El comercio mundial no puede contemplarse sólo desde el punto de vista político.
Europa debe actuar ahora con medidas inteligentes y específicas para seguir siendo competitiva en un mundo incierto. Mantener el factor de utilidad para los PHEV es un primer paso fundamental para proteger puestos de trabajo de alto valor en la UE y ofrecer apoyo inmediato al sector. También debemos actualizar las normas de CO₂ para adaptarlas al mercado actual y respaldar todas las soluciones con bajas emisiones de carbono. La reducción de la burocracia a través del Ómnibus de Simplificación también impulsará la resistencia, no el proteccionismo, garantizando que Europa conserve su ventaja estratégica y su base industrial.
2025 se presenta como un año crucial: los responsables políticos y la industria deben alinear su velocidad y dirección. CLEPA y sus miembros están dispuestos a colaborar estrechamente con las instituciones de la UE para crear soluciones que tengan una base económica, sean estratégicamente sólidas y competitivas a escala mundial.
Porque si algo hemos aprendido en los últimos años es que la resiliencia no se construye por casualidad. Se construye por elección.
A poco más de tres meses de una edición histórica como será el 50 aniversario de Equip Auto, Aurélie Jouve, directora del Salón, nos avanza todos los detalles de la cita del 14 al 18 de octubre en Paris Expo Port de Versailles.
Carta del director editorial Nº 2.403 de AutoRevista
El sector español de proveedores de automoción finalizó 2024 con unas exportaciones valoradas en 25.065 millones de euros, lo que supone una leve caída del 0,5% respecto al récord alcanzado en 2023.
HORSE Technologies ha desarrollado su nueva unidad motriz híbrida integrada, la HR18 HEV. Se trata de la primera unidad motriz completa diseñada, desarrollada y producida bajo la marca HORSE Powertrain, y se ha desarrollado en los centros de I+D de Rumanía y España.
La fabricación de vehículos eléctricos de batería (BEV) en el Reino Unido superará con creces las previsiones realizadas para la fabricación mundial y europea, y los fabricantes de automóviles británicos alcanzarán una producción casi total de vehículos eléctricos de batería en 2035, según un informe de Advanced Propulsion Centre UK (APC).