Ganvam asegura que la industria del automóvil está preparada para los nuevos retos del sector

"Las motorizaciones alternativas, la conectividad, la conducción autónoma...son conceptos que nos obligan a estar preparados y funcionar bien coordinados para lo que se nos viene encima, que no es otra cosa que contribuir a que el sector del automóvil sea, además de una gran industria, todo un ejemplo de servicios y movilidad”. Así se expresó Juan Antonio Sánchez Torrés, presidente de Ganvam, en el tradicional almuerzo “Motor y Prensa”, que la asociación organiza en Madrid por estas fechas. El presidente de Ganvam reconoció en su discurso que “ahora se piden otras cosas a los automóviles y que los fabricantes están capacitados para dárselas” en clara alusión a la irrupción de las nuevas tecnologías como parte determinante del futuro que se avecina en el automóvil.

Juan Antonio Sánchez Torres realizó un balance del año que ahora termina y aprovechó para agradecer la reciente prórroga del PIVE 8, reconociendo que estos planes han sido los artífices de que el sector vuelva a registrar cifras “millonarias” de ventas por primera vez en seis años. En este sentido, este ejercicio cerrará en el entorno de las 1.030.000 unidades, lo que supone un crecimiento del 20,5%, muy cerca ya de la situación natural del mercado, que se acariciará en 2016. Por su parte, las redes de distribución dejarán atrás los números rojos en su cuenta de resultados y cerrarán el año con una rentabilidad ligeramente superior al 1,03% de 2014.

Finalmente, el presidente de Ganvam hizo un llamamiento a los presidentes y altos cargos de las asociaciones del automóvil recordándoles la obligación de colaborar en las “muchas cosas” que unen al sector, máxime cuando éste debe estar preparado a todos los niveles, fabricación, venta y posventa, para la revolución que supone el nuevo modelo de movilidad que se avecina, donde el vehículo conectado será el máximo protagonista.

En su discurso, el presidente de Ganvam también solicitó a las administraciones locales que pusieran fin a la creciente “autofobia” desatada en este último año y que apunta al automóvil como el único foco urbano de contaminación.